La enfermedad de Chagas, también llamada tripanosomiasis americana, es una enfermedad potencialmente mortal causada por el parásito protozoo Trypanosoma cruzi.
Se calcula que en el mundo hay entre 6 y 7 millones de personas infectadas.
La enfermedad de Chagas se encuentra sobre todo en zonas endémicas de 21 países de América Latina, donde se transmite a los seres humanos principalmente por las heces u orina de insectos Triatomíneos conocidos como Vinchucas, chinches o con muchos otros nombres, según la zona geográfica.
La enfermedad lleva el nombre de Carlos Ribeiro Justiniano Chagas, médico e investigador brasileño que la descubrió en 1909.
La infección también se puede adquirir mediante transfusión de sangre, transmisión congénita (de la madre infectada a su hijo) y órganos donados, aunque estos modos de transmisión son menos frecuentes.
Signos y síntomas
La enfermedad de Chagas tiene dos fases claramente diferenciadas:
- La Fase Aguda (Inicial): Dura unos dos meses después de contraerse la infección. Durante esta fase aguda circulan por el torrente sanguíneo una gran cantidad de parásitos. En la mayoría de los casos no hay síntomas o estos son leves.
Un signo inicial característico puede ser una lesión cutánea o una hinchazón amoratada de un párpado. Además, pueden presentar fiebre, dolor de cabeza, agrandamiento de ganglios linfáticos, palidez, dolores musculares, dificultad para respirar, hinchazón y dolor abdominal o torácico.
Periodo de incubación: 5 -14 día (enfermedad aguda). Mediante transfusión varía entre 30-40 días.
- La Fase Crónica: Durante esta etapa los parásitos permanecen ocultos principalmente en el músculo cardíaco y digestivo. Hasta un 30% de los pacientes sufren trastornos cardíacos y hasta un 10% presentan alteraciones digestivas (típicamente, agrandamiento del esófago o del colon), neurológicas o mixtas.
Con el paso de los años, la infección puede causar muerte súbita o insuficiencia cardíaca por la destrucción progresiva del músculo cardíaco.
Transmisión
El parásito T. cruzi se transmite principalmente por contacto con las heces u orina infectadas de insectos Triatomíneos que se alimentan de sangre. Por lo general, estos viven en las grietas y huecos de las paredes y los tejados de las casas mal construidas en las zonas rurales y suburbanas. Normalmente permanecen ocultos durante el día y por la noche entran en actividad alimentándose de sangre humana.
En general, pican en una zona expuesta de la piel, como la cara, y defecan cerca de la picadura. Los parásitos penetran en el organismo cuando la persona picada se frota instintivamente y empuja las heces o la orina hacia la picadura, los ojos, la boca o alguna lesión cutánea abierta.
T. Cruzi también se puede transmitir:
- Por alimentos contaminados con el parásito; por ejemplo, por el contacto con heces u orina de triatomíneo;
- Por la transfusión de sangre infectada;
- Por la transmisión de la madre infectada a su hijo durante el embarazo o el parto;
- Por el transplante de órganos provenientes de una persona infectada;
- Por accidentes de laboratorio.
Diagnóstico
- Estadio precoz: Frotis con presencia de tripanosomas (tinción de Giemsa), VSG elevada, linfocitosis con linfocitos atípicos.
- Estadio tardío: Serología específica y Xenodiagnóstico.
Tratamiento
La enfermedad de Chagas puede tratarse con Benznidazol, y también con Nifurtimox, que matan al parásito. Ambos medicamentos son eficaces casi al 100% para curar la enfermedad si se administran al comienzo de la infección en la etapa aguda, incluso en los casos de transmisión congénita. Sin embargo, su eficacia disminuye a medida que transcurre más tiempo desde el inicio de la infección.
El tratamiento con estos medicamentos también está indicado en caso de re-activación de la infección (por ejemplo, por inmunodepresión) y en los pacientes al principio de la fase crónica.
El tratamiento se debe ofrecer a los adultos infectados, especialmente a los que no presentan síntomas dado que puede frenar la progresión de la enfermedad.
En esos casos, los posibles beneficios de la medicación para prevenir o retrasar el avance de la enfermedad de Chagas deben supesarse contra la duración prolongada del tratamiento (hasta dos meses) y las posibles reacciones adversas (que se presentan hasta en un 40% de los pacientes tratados).
- Nifurtimox: 8-10 mg/kg/día en 4 dosis,. Cada 2 semanas se aumenta la dosis en 2 mg/kg/día hasta 15 mg/kg/día con una duración de 4 meses. Puede asociarse a gamma interferon.
- Alternativas: Benznidazol 5 mg/kg/d/ en 2 dosis durante 2 meses o Alopurinol 16-24 mg/Kg/día/ en 3 dosis durante 60 días o Itraconazol 6 mg/kg/día 4 meses.
- En los niños: Nifurtimox: Edad de 1 a 10 años: 5 mg/kg v.o. /6h / 3m. Edad de 11 a 16 años: 3.5 mg/kg v.o. /6h / 3m. Benznidazol 3.75 mg/kg v.o. /12h / 2m.
- Alternativas: Benznidazol 5 mg/kg/d/ en 2 dosis durante 2 meses o Alopurinol 16-24 mg/Kg/día/ en 3 dosis durante 60 días o Itraconazol 6 mg/kg/día 4 meses.
- En los niños: Nifurtimox: Edad de 1 a 10 años: 5 mg/kg v.o. /6h / 3m. Edad de 11 a 16 años: 3.5 mg/kg v.o. /6h / 3m. Benznidazol 3.75 mg/kg v.o. /12h / 2m.
CONTRA-INDICACIONES
El Benznidazol y el Nifurtimox NO deben administrarse a las embarazadas ni a las personas con insuficiencia renal o hepática. El Nifurtimox también está contraindicado en personas con antecedentes de enfermedades del sistema nervioso neurológicas o trastornos psiquiátricos.
Además, puede ser necesario administrar un tratamiento específico para las manifestaciones cardíacas o digestivas.
Control y prevención
No hay vacuna contra la enfermedad de Chagas. El método más eficaz para prevenirla es el control vectorial. El cribado de la sangre donada es necesario para prevenir la infección por transfusiones sanguíneas y donación de órganos.
La OMS recomienda los siguientes métodos de prevención y control:
- Rociamiento de las casas y sus alrededores con insecticidas;
- Mejora de las viviendas para prevenir la infestación por el vector;
- Medidas preventivas personales, como el empleo de mosquiteros;
- Buenas prácticas higiénicas en la preparación, el transporte, el almacenamiento y el consumo de los alimentos;
- Cribado de la sangre donada;
- Pruebas de cribado en órganos, tejidos o células donados y en los receptores de estos;
- Cribado de los recién nacidos y otros niños de las madres infectadas, para diagnosticar y tratar tempranamente el problema.
Fuentes Consultadas:
- Fundación Io
- WHO Media centre
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